Humanismo y capitalismo

viernes, 7 de agosto de 2009

Humanismo y capitalismo son incompatibles. No se puede tener como valor central al ser humano y, simultáneamente, tener como valor central el dinero.

Algunos afirman, interesadamente es claro, que el capital en su desarrollo terminará favoreciendo a todos los seres humanos. Esto pasa por alto el hecho de que ese beneficio le llega algunos de forma inmediata y otros, la mayoria, en un hipotético futuro ubicado en el plano de la entelequia.

Humanismo y capitalismo no son compatibles. A esta afirmación un capitalista, gente práctica e inmediata, la tildaría de comunista o cosa por el estilo. Desde el otro extremo se sacarían de encima el sambenito tildando al humanismo de reformista y burgués. Y esto no puede ser de otro modo porque los antihumanismos de todo tipo, intoxicados de naturalismo y supersticiones cientificistas, no pueden comprender al humanismo, su raíz intencional, su matriz posibilitaria, su esencia libertaria.

No es cierto que liberando al capital de todas sus "cadenas" se desarrollará sin límites para beneficio de todos. Ese relato del futuro es un timo creado por los apropiadores del capital para mejor engañar a sus timados. Las sucesivas crisis lo demuestran con claridad.

Pero, ¿cuál es la alternativa al capitalismo?. Los capitalistas dirán que lo que se pretende es sacarle sus casitas a la gente para beneficio de los comisarios del pueblo. Cosa sobre la que el comportamiento de algunos voluntaristas de la ingeniería social parece darles la razón.

En realidad poco cambia para cada uno que la propiedad y el arbitrio estén en manos de unos pocos capitalistas o en manos de unos pocos administradores del todo social. La alternativa a estos males no pasa por el campo de la economía. Sí lo hace por el campo de los valores. Una vez establecidos los mismos, todo lo demás se aclara en sus objetivos, sus recursos, sus tiempos y sus modos.

La única alternativa al capitalismo es el humanismo, no como ideología o técnica social sino como comprensión, sentimiento y experiencia de la prioridad del valor de la vida humana en sus múltiples y cambiantes aspectos.

No es fácil, requiere de esos esfuerzos que hace de tanto en tanto la especie humana para librarse del abismo, para surcar los cielos, para salir al universo.

No es fácil pero ¡vale tanto la pena!

Eduardo Montes

¡Ahora yo también los critico!

lunes, 3 de agosto de 2009

Después de las elecciones hasta los más tímidos y precavidos se animan a criticar al gobierno con los conceptos más extremos que se pueden encontrar.

He decidido que no es el caso de quedarme atrás ni de cometer el error de ponerme a defender al más débil y cosa por el estilo. ¡Yo también los voy a criticar!

Para empezar está el asunto del campo, en eso estamos todos de acuerdo y eso es bueno porque uno se siente acompañado. Este tema está sumamente claro: la tierra es un bien no reproducible, es decir, nadie puede producir tierra, ella está allí. A veces se le puede ganar un poco al mar y otras a los desiertos, pero convengamos en que es un bien limitado. A partir de ahí, y tal vez sin mucho argumento, ya empieza a no gustarme que unos pocos se la hayan apropiado. Y si uno se remonta a los orígenes históricos, en más de un caso esa apropiación bordea lo ilícito o la delictivo, más o menos como actualmente. Nadie puede pensar que detrás del desmonte, en este país y en otros, haya reglas de juego muy limpias.

Bueno, para no extenderse mucho sobre este tema, opino que los conceptos que hay que discutir eventualmente son los de una reforma agraria de cara al futuro, sobre qué se considera recurso estratégico, a qué nos referimos cuando decimos país, patria y cosas así. En fin, toda una discusión semántica que permita abordar grandes problemas que exigen grandes soluciones.

Este gobierno ni siquiera ha rozado esta cuestión, manteniéndose totalmente alejado de la posibilidad de introducir la democracia directa en la producción estratégica. ¡Gravísimo error!

Otro temita es el de la ganancia de las empresas. Que las empresas tengan ganancias es algo maravilloso, la cuestión no es esa sino cuál es el destino de esas ganancias. Es una gran cuestión a discutir qué se hace con ellas, si se reinvierten, si se constituyen reservas anticíclicas, etc. Lo que sí queda claro es que el hecho de que queden concentradas en unas pocas manos trae todo tipo de males sociales: imposición de políticas y modelos, compra de todo tipo de medios de hipnosis colectiva, chantajes, extorsiones, violencias, etc., sin ningún beneficio más que en las fantasías que promueven. Es un gran tema para discutir este, ¡y el gobierno no lo ha hecho, ni siquiera lo ha insinuado!

Por último y para no cansar a hipotéticos lectores está la cuestión del interés bancario. Más allá de la impresión que se lleva uno cuando los ve, los bancos no tienen realmente dinero. El que tienen no es de ellos. Lo manejan como si fuera de ellos y sacan unas grandes ganancias que después se reparten y tienden a reproducirse en el terreno especulativo. Son los grandes promotores de la economía de burbuja cuyos procedimientos si los hiciera, por ejemplo, yo, iría inmediatamente preso. Pero como lo hacen ellos esto no sucede. Acá la idea central es que por la gestión del dinero se podría pagar una tarifa o un precio, como cualquier servicio razonable (no esos basados en mafias corporativas). Obviamente los bancos públicos no podrían cobrar interés y los privados sólo una tarifa por la intermediación entre prestadores y prestatarios. ¿Muy complejo, utópico?. No sé, habría que sacarlo del ámbito de lo indiscutible e intocable. Una vez que socialmente se comience a discutir, seguramente irán surgiendo ideas brillantes que resolverán los complejos problemas de semejante transformación. Pero que es necesaria, es necesaria. No es posible que unos pocos sigan haciendo y deshaciendo, decidiendo, teniéndonos como bola sin manija, como maleta de loco, a todos nosotros, los demás.

Esto tampoco lo solucionó este gobierno, ni parece que lo tenga en vistas. A lo más que atinó fue a la tímida medida de sacarles las AFJPs para que con sus fondos no armen un golpe especulativo o un desbande de capitales a las cálidas playas de los paraísos fiscales.

Como se ve, las mayorías tienen razón, este gobierno deja mucho que desear porque se entretiene en secundariedades, cuando no en complacencias a los poderes de facto, en lugar de poner sobre la mesa las discusiones fundamentales los que, sintetizando, son:

¿Qué hacemos con la propiedad social de la tierra?
¿Qué hacemos con la ganancia de la empresa?
¿Qué hacemos con el interés del capital?

Son preguntas que cuando se respondan adecuadamente van a mandar al sumidero de la historia muchos conflictos propios de la pre historia.

Seguiremos con estos temas...

Eduardo Montes

Cipayismo

jueves, 16 de julio de 2009

Existen ideas fuerza que, de tanto repetirse, terminan constituyéndose en argumentos aceptados por todos. Esto, además del error de concepto que implica, trae acarreados muchos desaciertos a la hora de comprender situaciones.

Una de esas ideas, una de muchas, es la de que hay sectores del país aliados a poderes externos y que los ayudan en su afán imperialista. Estos colaboradores del enemigo han sido llamados "cipayos", a semejanza de los soldados indios al servicio de Gran Bretaña, Francia y Portugal durante los siglos XVIII y XIX.

Esta forma de ver las cosas puede hacer que, por ejemplo, ante el golpe en Honduras se busquen explicaciones por el lado de la puja interna en el gobierno de Obama. Como si los golpistas no tuvieran voluntad e intereses propios.

Es posible que hayan obtenido el visto bueno de algún sector pero, ¿acaso alguien piensa que de no ser por esto no hubiera habido golpe en dicho país?

¿Es que acaso los golpistas de Latinoamérica han necesitado realmente alguna vez de los auxilios del imperio?

Más bien parece que los opresores locales se sirven de todo lo que tienen a mano, imperio incluido, para mantener y fortalecer sus posiciones. Cuando el hermano mayor ayuda, les resulta más fácil y cuando no, deben hacer algún esfuercito extra.

Así estamos, cuando gobernaba Bush él se encargaba de mantener a raya a los ejes y ejecitos del mal. Ahora que el no está el trabajo sucio lo harán lugar por lugar.

Infelizmente ya ha comenzado. Honduras es la expresión clara del método, pero no es el único caso, toda la región sufre el embate de distintas formas de golpismo. Algunas tendrán disfraces más democráticos, otras menos, pero la esencia es la misma: eliminar las tímidas reformas y los escasos beneficios obtenidos por el pueblo e incrementar las ganancias de unos pocos.

No hay que olvidar que con los infaustos sucesos financieros globales se ha hecho cuesta arriba ganar millonadas adicionales y esto, a no dudarlo, los deprime, los irrita, los violenta.

Hace un tiempo leí en algún lugar una información de fuente ignota. Según la misma hay en el mundo 700000 (setecientos mil) personas que poseen más de un millón de dólares. Estos serían, salvando los matices, los ricos de este planeta. Haciendo un cálculo rápido y aproximado, uno cada ocho mil quinientos.

¿No son muy pocos para imponer su voluntad a todos los demás?

Lo que sucede es que son muy unidos...

Eduardo Montes

Para el pueblo lo que es del pueblo

lunes, 29 de junio de 2009

Algunos candidatos, algunos comentadores de noticias online, algunos periodistas, mucha gente, ha caracterizado al actual gobierno como "el peor de la historia". Es un calificativo fuerte, contundente, especial, destinado a aquellos que han dejado discordia, ruina, muerte y otros males a su paso. No es este el caso y tampoco es el caso apelar a la historia, poco conocida, para rebatir exageraciones.

Pero es bueno recordar brevemente las comparaciones que se hacen cuando se dice "el peor de la historia". Dejaremos a un lado a los gobiernos militares por razones casi obvias, suponemos que nadie tendrá en mente esos ejemplos a la hora de hacer comparaciones, suponemos que nadie estará pensando que "con los militares estábamos mejor". También dejaremos de lado comparaciones con los que están un poco alejados en la historia. En suma, haremos una comparación fácil, desde el año '83 hasta ahora.

Según esto el actual gobierno es peor que el de Alfonsín, es decir, es peor que la hiperinflación, el crecimiento de la deuda externa, la ley de obediencia debida y la de punto final, los saqueos y el abandono del gobierno antes de cumplir el mandato.

También este gobierno es peor que el de Ménem, por algún motivo misterioso denominado "el innombrable". También hubo hiperinflaciones y saqueos, pero eso fue al principio, después vino el uno a uno que, a cambio de todas las empresas públicas, permitió tener un monstruoso endeudamiento externo y el casi total desmantelamiento del aparato productivo del país.

Después el país en masa, cansado de Carlitos o imposibilitado de votarlo, se volcó a la santa alianza, un vórtice universal de decencia y buenos modos. Se ganó en etiqueta sin perder en uno a uno para seguir despilfarrando por el mundo con plata prestada. No podía terminar bien y no lo hizo, desembocó en la "mayor crisis de la historia argentina", por lo menos hasta ese momento. Y de la Rua se fue en helicóptero, después de perderse en Videomatch, aplaudido por el ruido de las cacerolas y con todo el mundo gritando "¡mi plata, quiero mi plata!".

Lo demás es historia conocida, varios presidente en seguidilla hasta arribar a uno que duró un poco más y al que, aunque ordenó las cosas, nadie quería. Nos referimos a Duhalde que, según parece, está detrás de todas las desestabilizaciones pasadas y futuras.

Después vino el gobierno de Néstor Kirschner que, según los niveles de aprobación en su momento, fue extraordinariamente bueno. Tanto así que se esperaba varias décadas de alternancia kirschnerista sin oposición a la vista.

Así llegamos al peor gobierno de la historia, el de Cristina Fernández. No es que haya hiperinflación ni vaciamiento del Banco Central. Tampoco hay una desocupación galopante ni saqueos de supermercados. No se perciben atropellos a los derechos humanos ni políticas represivas. La prensa goza de total libertad y el gobierno no controla con sus inmensos caudales ningún conglomerado de medios.

¿Entonces?. Entonces nada, que es el peor gobierno de la historia y no lo aguanto más, diría mi vecina.

Esa sensación de que estamos ante "el peor gobierno de la historia" aparentemente la comparte el electorado ya que el 70% votó, si no a favor de otros, en contra de este gobierno.

Esto puede tener diversas consecuencias para este pueblo votante, muchas de ellas a partir de la afectación de políticas públicas que lo favorecen. Pero eso entra en el campo de la futurología y no es el caso de ponerse a practicarla ahora. En todo caso diremos, pase lo que pase y parafraseando a Piero:

Para el pueblo lo que es del pueblo

Porque el pueblo se lo ganó...

Eduardo Montes

Darwinismos III - La Regla de Oro

miércoles, 24 de junio de 2009

Para los amantes del darwinismo social es una verdad absoluta que "cada cual por sí", que la sociedad no existe, sólo existen los individuos y, a partir de allí, salvese quien pueda.

Es claro que nosotros no leemos a Darwin para refutar teorías acerca de la evolución natural que, dicho sea de paso, no nos interesa mucho cómo ha sido sino cómo será. Nuestra lectura está dedicada más bien a mostrar expresiones que, aplicadas al campo de las relaciones humanas, pueden tener consecuencias extremadamente perjudiciales para dichas relaciones.

Pero a veces nos sorprendemos ante conceptos que sobresaltarían a más de un naturalista desprevinido. Aquí va una de ellas:

"La mejor y más alta distinción entre el hombre y los demás animales consiste tal vez en el sentido moral; pero no necesito añadir nada sobre este particular, ya que acabo de tratar de demostrar que los instintos sociales -principio fundamental de la constitución moral del hombre-, ayudados por las fuerzas intelectuales activas y los efectos del hábito, conducen naturalmente a la regla 'Haz a los hombres lo que quieras que ellos te hagan", principio sobre el que reposa toda moral'." Extraído de El origen de las especies. Charles Darwin.

Este buen señor llega, es cierto que por caminos un tanto complejos, a la verificación de la Regla de Oro. Tal vez algunos de sus amigos debieran leerlo.

Eduardo Montes

¿Qué sigue, viruela del pavo?

viernes, 19 de junio de 2009

Gripe aviar, porcina, ¿qué sigue? ¿viruela del pavo?

Leemos en Le Monde Diplomatique, edición electrónica en español, una nota que informa acerca de una localidad de México, en el estado de Veracruz, llamada la Gloria. Se trata de un pueblito de no más de tres mil habitantes alrededor del cual se levantan unas gigantescas granjas donde se crían cerdos. Eso no tiene nada de especial a no ser porque la cantidad de animales que se alojan simultáneamente ronda el millón.

Muy probablemente esta convivencia, este hacinamiento, es lo que ha favorecido el coctel viral que terminó estallando como la actual epidemia de gripe porcina. Adicionalmente, la práctica de vacunar los animales provoca una especie de "selección natural" de cepas virales que hace que los virus sobrevivientes tengan gran versatilidad y resistencia, quedando, al igual que los cerdos que se crían, "aptos para consumo humano".

Estos métodos de crianza se justifican por su "eficiencia" a la hora de producir alimentos, pero lo que no tiene justificación es que se busquen los lugares más permisivos en cuanto seguridad, salubridad, controles, trato a los animales, etc. La única razón para buscar dichos lugares es la intención de infringir los estándares mínimos.

Que esta epidemia se haya iniciado en México es uno de los beneficios que ha obtenido dicho país a partir de los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos.

Activos tóxicos, epidemias aviares o porcinas, especulación bursátil con alimentos, etc, todo viene de una misma concepción de la relaciones económicas, sociales, políticas, culturales, humanas en suma. Según esta concepción el objetivo humano primordial es acumular la mayor cantidad de dinero a expensas, necesariamente, de la mayor cantidad de víctimas. Para esto es necesario, ineludiblemente, realizar la mayor cantidad posible de hechos ilegales o ilícitos. Y esto es lo que hacen, apoyados por gobiernos o no.

Hay que ponerle un límite a estas prácticas productivas. Pero, ya se ha visto qué sucede cuando se le quiere poner un freno, aunque sea mínimo, a estas corporaciones.

Aparentemente sólo es posible intervenir cuando, a raíz de su irresponsabilidad delictiva, se hunden y amenazan con hundir todo. ¿Habrá que esperar a que esterilicen la producción alimentaria para intervenir?

La crianza de pavos está tomando el mismo camino. En cuanto logre imponerse como carne "alimenticia, saludable y de bajo costo", posiblemente tengamos nuevos focos de inesperadas pandemias. No es problema, seguramente los medios de comunicación se encargarán de encontrar al responsable entre una gama de funcionarios gubernamentales del área de salud, que para eso están, para ser los cabezas de turco ante la intangibilidad de los verdaderos responsables.

Para terminar me parece oportuno incluir las palabras con las que termina la nota de Le Monde, antes referida. Con esto nos libramos, en una pequeña proporción, de ser tildados de tendenciosos o resentidos, envidiosos del éxito de los exitosos y la riqueza de los ricos.

"Ese tipo de agricultura (1) inhumana, intensiva y productivista, que desanimaliza al animal y lo considera como un mero producto industrial , un simple material que da carne y procura beneficios financieros, es el culpable de la pandemia en curso. Cuando, por los propios excesos de empresarios insensatos, ese depravado modelo revienta, el desastre sanitario amenaza con afectarnos a todos..." Extraído de "Mucho más que una gripe" de Ignacio Ramonet- Le Monde Diplomatique Junio 2009 Nº 164. (Nota completa en: http://www.monde-diplomatique.es/isum/Main)

(1) Esta utilización de la palabra "agricultura", para referirse a actividades de tipo pecuario, puede servir para que alguna gente "seria" descalifique toda la nota. Nos curamos en salud y no nos dejamos embaucar, lo válido son los hechos que allí se consignan.

Eduardo Montes

Darwinismos II

viernes, 12 de junio de 2009

Carlitos Darwin solía aprovechar su posición en el parnaso científico para devolver atenciones a señoritas que no sabían reconocer su talento. Lo hacía tomando y vistiendo con ropaje cientificista, y sin mayor críticas, cosas "sabidas" en la época en que le tocó formar parte de la biosfera terráquea.

Algún lector atento dirá que en realidad no establece una relación de nivel sino que resalta distinciones las que, no necesariamente, implican diferencias de grado. Es posible pero no probable.

En breves líneas va toda una línea de pensamiento:

"El hombre difiere de la mujer por su talla, su fuerza muscular, su vellosidad, etc, como también por su inteligencia, como sucede entre los dos sexos de muchos mamíferos. "
Extraído del Origen de las Especies, capítulo I, de Charles Darwin.

Eduardo Montes

Llamado de mamá

miércoles, 10 de junio de 2009

Hace unos días me llamó mamá. Estaba un poco preocupada por su jubilación.

El caso es que la habían llamado al celular para hacerle una encuesta con el tema de las próximas elecciones. En realidad no era un llamado personal sino una grabación que, con voz a amable y pausada, le informaba cual era la intención de esa comunicación. Se trataba de una encuesta telefónica con algunas preguntas sencillas acerca del desempeño del actual gobierno.

La opción uno era favorable al gobierno, la dos era neutra y la tres desfavorable. El trámite era sencillo, había que presionar en el teclado del celular el número que representara la opinión del encuestado.

Mi madre, que desde que comenzó el conflicto de las corporaciones agropecuarias contra el gobierno, por el muy meneado y poco comprendido tema de las retenciones, está muy preocupada por saber qué va a pasar con su jubilación, pensó que esa era una buena oportunidad de expresar su opinión, aunque fuera a una maquinita.

Como muchas personas, ella todavía no sabe qué es una retención (aunque a palabra le suena muy mal), pero si sabe de jubilaciones. Y es que, cualesquiera sean las explicaciones, ella sabe si su situación mejora, si podrá comprar algo para sus nietos, si podrá organizar un viajecito más de esos que tanto le gusta, o si, con el pretexto de algún enigmático motivo macroeconómico, le van a rebajar su ingreso, como alguna vez ha sucedido (remember 13%).

El caso es que, volviendo a la encuesta, ella se apresuró a presionar el número uno, influida sobre todo por este tema que tanto le preocupa. Ella no entiende, yo en el fondo tampoco, qué hacían las AFJPs con los fondos jubilatorios, y a decir verdad nunca le interesó, ya que siempre pensó que, independientemente de cualquier circunstancia, el estado se iba a hacer cargo de todo. De modo que si le preguntan qué cómo se desempeña el gobierno, ella responde con el ojo en su jubilación.

Tomada la decisión, esperó para ver qué seguía. Y lo que siguió fue la misma voz amable diciendo "opción equivocada, vuelva a intentar". Lo hizo tres veces, siempre con el mismo resultado. En ese momento sintió que algo estaba mal y que ella, involuntariamente, podría comenzar a engrosar el lado antigubernamental de la opinión pública. Ante esta ominosa sospecha, cortó la comunicación inmediatamente, no sin temer que esa súbita decisión fuera interpretada como una opinión desfavorable al gobierno.

Luego me llamó y yo la tranquilicé diciéndole que si la encuesta no estaba concluida, no había por qué pensar que se había computado algún resultado.

Pero - me dice - no me aceptaba la respuesta.

Algún error de programación - dije, con la vaga sensación de que le estaba mintiendo.

Como se supone que yo de eso sé, ella quedó tranquila. De cualquier forma, por prudencia, dijo que va a redoblar sus esfuerzos para convencer a sus amigas y ex compañeras respecto a quién votar el 28.

Yo le dije que, dadas las circunstancias, era lo mejor que podía hacer.

Eduardo Montes

Bueno y malo

martes, 9 de junio de 2009

Hay políticos que, con total simpleza y eficacia pedagógica, afirman que existe la buena política y la mala política. Ellos, que no quepan dudas, practican la buena y, con generosidad, dejan la otra para el resto de los políticos.

Es tanto el exito que han tenido con esta simple fórmula, apenas sazonada con unos dinerillos sin importancia (comparese, por ejemplo, con el producto bruto interno de un país), que se ha utilizado para comprender mejor la esencia de otras actividades.

De este modo, trasladado este esquema a la comprensión de la justicia, existiría una justicia seria (equivalente de buena) y otra justicia de la que no se ha definido el carácter, pero que seguramente una vez que se lo haga, podrá emparentársela con la mala política.

Obviamente, si cualquiera de nosotros se encuentra en la mira de la justicia no-sería debe hacer caso omiso de sus requisitorias. Ningún hombre de bien se hace eco de lo malo. Como esto no siempre puede terminar bien, conviene tener algunos canales de tv amigos y algunos periódicos, y todo lo que se pueda como salvaguarda ante el mal.

Entusiasmado por este método tan sencillo y eficaz me di a la tarea de llevarlo a otras áreas del quehacer social.

Me pregunté entonces, cuál sería el equivalente de bueno y malo aplicado, por ejemplo, a los medios de comunicación. Después de cavilar un tiempo arribé a la conclusión de que lo que mejor cuadraba era "medios que informan y medios que manipulan". Del primer tipo no encontré ejemplo a la mano, pero del segundo me di un banquete.

Los medios de comunicación a secas (ya acordamos que no hay del primer tipo), tratan muy bien a los buenos políticos y, complementariamente, muy mal a los malos que, evidentemente, se lo merecen.

Me percaté, llevado en vilo por una imaginación sin freno, que hay en el mundo excelentes personas con diversas capacidades diferentes, pero hay algunas que debido a su mala índole connatural, se aprovechan de los gimoteos que inspiran para manipular las malas conciencias, impedidas de hacer algo bueno sin que sea malo.

Bien, dejando atrás tanto maniqueísmo barato, podemos terminar esto compartiendo un pequeño método para distinguir lo bueno de lo malo:

Citando a Silo diré:

"Bueno es todo lo que mejora la vida. Malo todo lo que se le opone.
Bueno es dar fe a los pueblos en ellos mismos. Malo el fanatismo que se opone a la vida. Bueno es lo que une al pueblo. Malo aquello que lo desune.
Bueno es lo que afirma: "¡Todavía hay futuro!" Malo es decir: "No hay futuro, ni sentido en la vida"..
.


No nos confundamos amigo, si nos arrojan en la cara toda su bondad, pero no nos saben explicar en qué consiste, no estamos en presencia de nada bueno.

Eduardo Montes

¿Qué está eligiendo Europa?

lunes, 8 de junio de 2009

En estos días se desarrollaron las elecciones al parlamento europeo. Se ha registrado una gran abstención de potenciales votantes. Esto puede tener muchas explicaciones, pero el caso es que se ha producido y, tal vez, haya que tener en cuenta esto en el futuro.

Sin querer hacer extrapolaciones ilegítimas, es bueno recordar que Obama ganó las elecciones en Estado Unidos apoyado por mucha gente que, en ocasiones anteriores, no votaba. Estimular a potenciales votantes con propuestas inspiradoras puede ser la gran tarea a llevar adelante por quienes aspiran a algo más que el curso mecánico de la historia.

El resultado de esta elección muestra un avance de las corrientes esquemáticamente ubicadas a la derecha del arco político. En este espacio hay propuestas de fondo homogéneo pero de expresión matizada. En general la derecha "civilizada" es la que, directa o indirectamente, ha construido la Europa de las empresas, la que se sumó a la jarana de las estafas financieras globales y la que, indudablemente, resistirá todo cambio que disminuya en un punto sus ganancias, hoy por hoy un tanto licuadas por tanto "activo tóxico".

Complementaria con la anterior, surge y resurge de tanto en tanto la ultra derecha, racista y xenofóbica. Su función es la de señalar, de modo simple y contundente, quienes son los culpables de cada crisis que se desencadena, cualquiera sea su origen.

Las crisis suelen tener fuentes tan recónditas que escapan a la percepción general de poblaciones acostumbradas al noticiero de las 20. Entonces, cuando unos energúmenos dicen sin inhibiciones que la culpa de todo la tienen los turcos, los marroquíes, senegaleses, ecuatorianos, peruanos, búlgaros o polacos; la buena gente, que no tiene tiempo para complejidades, comprende y sobre todo percibe dónde está la raíz de todos los males.

Así, si el trabajo comienza a amenazar con escasear, la Europa de las empresas empieza a recuperar el punto de ganancias que perdió, haciendo trabajar más a menos gente. Cuando esto sucede basta con señalar a los que le quitan el trabajo a "nuestros trabajadores", para que la evidencia salte a la vista: "nada de esto sucedería si estos extranjeros volvieran a sus países y dejaran nuestro maravilloso país en paz". La cantidad de falacias, beaterías y escamoteos que contienen estas "argumentaciones" es tan desproporcionada que sólo se explican por un trasfondo favorable que las asimila y alimenta. Estudiar este trasfondo puede ser ardua tarea de especialistas, pero posiblemente allí haya una clave importante para comprender algunos procesos.

Pero dejando a un lado, momentáneamente, cuestiones teóricas, el caso es que actualmente llama la atención, aunque no sorprende, el crecimiento de opciones racistas y xenófobas. Esto indica que, de no mediar esfuerzos en otra dirección, estas opciones creceran concomitantemente con el crecimiento de la crisis.

¿Esto es para preocuparse? Sí, pero sólo si esta preocupación no deviene en actitudes activas, organizadas, claras, en sentido opuesto al antihumanismo creciente.

La opción superadora está a la vista, pero no a la vista de todos, no a la vista de la totalidad de las mujeres y hombres sensibles, no a la vista de los que, de todos un modo u otro, aspiran a que el ser humano salga finalmente de la prehistoria.

Es necesario sacar a todos las mujeres y hombres buenos de su soledad, de su sensación de fragilidad frente a poderes inmensos, tigres de papel que tratan de impedir por todos los medios a su alcance, la unión de todos los humanistas del mundo.

Está llegando la hora de parafrasear y decir: "Humanistas del mundo, ¡uníos!"

Eduardo Montes

Darwinismos I

sábado, 6 de junio de 2009

Charles Darwin fue un naturalista aficionado que gracias a su curiosidad, poder de observación y compulsión coleccionista, logró gran relevancia en el campo de la ciencias naturales, consolidando las ideas que, hasta el día de hoy, impregnan estas ciencias.

En general, leyendo su obra principal, El Origen de las Especies, despunta como un individuo sagaz, observador, metódico y dedicado.

Es claro que las ideas que plasmó en su teoría evolucionista no eran novedosas y "estaban en el ambiente". La gran popularidad que alcanzó, respecto de otros contemporáneos dedicados a la misma actividad, puede deberse, es una hipótesis, al autobombo anglosajón, montado en las endorfinas provocadas por su imperialismo en expansión.

Todo bien, desarrollos propios del impulsivo principio de siglo diecinueve que, si no fuera por sus extrapolaciones actuales a terrenos impropios, quedarían relegados a una ignota historia de la ciencia.

Pero he aquí que algunos jóvenes entusiastas, provenientes sobre todo del campo del timo financiero, y algunos lagartos atrincherados en las escuelas de negocios de grandes universidades, fogonean por todos los medios una suerte de darwinismo social que justificaría todas sus tropelías actuales y futuras.

Sólo por curiosidad, y por la oscura sospecha de que estos sostenedores de evolucionismos decimonónicos jamás leyeron a Darwin, me di a su lectura.

De estas lecturas rescaté varias "perlas". Algunas demuestran que Darwin no era tan darwiniano y otras lo harían objeto de las puniciones previstas en varias legislaciones antidiscriminatorias. Es claro, si aún estuviera vivo y mantuviera su recalcitrancia.

Desde ya aviso que las mujeres deberían renunciar sumariamente a todo apego al darwinismo. Don Charles no las deja muy bien paradas. Es cierto que era una costumbre de la época, pero se espera un poco más de quien hace hace ostentación de dosis extravagantes de cientificismo y racionalismo.

De vez en cuando incluiré alguna "darwiniana" en estas entradas. Aquí van algunas como muestras gratis:

Esto ilustra el método científico conocido como "mandarse un bolazo".

"Los arrieros de la América del Sur dicen: 'No quiero daros la mula de mejor trote, sino la más racional'."

Lo siguiente puede ser una muestra de encono hacia la cultura mediterránea:

"La creencia en los agentes espirituales conviértese con facilidad en la de la existencia de uno o muchos dioses. Los salvajes atribuyen a los espíritus las mismas pasiones, la misma sed de venganza o las más elementales formas de justicia y los mismos afectos que ellos han experimentado."

Fundamentación sumaria del racismo:

"La variabilidad o la diversidad de las facultades mentales en los hombres de la misma raza (sin hablar de las diferencias que en este concepto presentan los hombres de razas distintas) es demasiado notoria para que sea necesario insistir sobre ella". Listo, se acabó la discusión.

Por si hubiera gente dura de entendederas:

"A juzgar por los repugnantes adornos y la música atroz que admiran la mayoría de los salvajes, podría afirmarse que sus facultades estéticas están menos desarrolladas en ellos que en muchos animales, tales como las aves."

La última, por ahora, donde se demuestra de modo contundente que "somos los mejores":

"Las ventajas notables que sobre los individuos de otras naciones europeas han tenido los ingleses como colonizadores, la superioridad evidenciada por la comparación entre los progresos realizados por los canadienses de origen inglés y francés, se han atribuido 'a su energía emprendedora y audaz', pero ¿quién puede decir cómo esta energía ha sido adquirida por los ingleses? Contiene muchos puntos de verdad la opinión de que los maravillosos progresos de Estados Unidos, como también el carácter de su pueblo, son los resultados de la selección natural de los hombres más atrevidos, enérgicos y emprendedores de todas las partes de Europa que durante las diez o doce últimas generaciones han emigrado a ese gran país, prosperando rápidamente en él, mirando hacia el porvenir, no creo exagerada la opinión del reverendo M. Yincke, cuando dice: 'Todas las demás series de acontecimientos como las que han resultado de la cultura intelectual en Grecia y las que ha ofrecido el imperio romano sólo parecen tener objeto y valor cuando se las ensalza, o mejor, cuando se las considera subsidiarias a... la gran corriente de emigración anglosajona dirigida hacia el Oeste'." (Chupate esa mandarina, ¡esas cosas aprenden los chicos en el colegio!)

Eduardo Montes

Marcha Mundial

El día 2 de octubre de 2009 un grupo, de no más de una centena de voluntarios, partirá de Nueva Zelandia expresando simbólicamente la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia que, realmente, se estará desarrollando simultáneamente en todo el mundo.

Serán tres meses de recorrido de este grupo y tres meses de marchas, eventos, manifestaciones, reuniones multitudinarias y las más variadas formas de expresión, con un mismo objetivo: crear conciencia sobre la necesidad de crear las condiciones para la Paz y la No-Violencia en el mundo, estas son:

  • Desarme nuclear a nivel mundial
  • El retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados
  • La reducción progresiva y proporcional del armamento convencional
  • La firma de tratados de no agresión entre países
  • La renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.
  • Rechazo a toda forma de violencia
Este grupo, acompañado de decenas de miles de personas concluirá su andar, después de recorrer seis continentes, el día 2 de enero de 2010 en el Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, en Mendoza, Argentina, a pocos kilómetros de la frontera con Chile.

¿Qué es crear conciencia?

Crear conciencia es comprender la situación en que nos encontramos y hacer algo para modificar dicha situación.

No podemos depositar nuestra confianza en poderes cuya suficiencia carece de fundamento, como ya ha quedado demostrado por la forma calamitosa en que han guiado la economía.

Es justamente a raíz de este desastre económico que pueden desatarse nuevos desastres. Esta gente irresponsable e ignorante tratará de mantener sus privilegios a toda costa. Una de las formas que han utilizado ancestralmente es llevar los pueblos a la guerra.

Todos debemos comprender, tomar conciencia, que con los arsenales nucleares, químicos y convencionales que hay en este momento, toda guerra es una calamidad exponenciada por la tecnología de la destrucción.

Es necesario comenzar a influir sobre los factores de poder para que no tomen la dirección de la violencia para resolver los males que han provocado. Está en cada uno de nosotros tomar conciencia y contribuir para la creación de una cultura de la no-violencia.

Es claro que no resultará la paz de la imposición de modelos de vida.

No resultará la paz del mantenimiento de situaciones injustas.

No resultará la paz de la consolidación de la desigualdad.

No resultará la paz de ninguna forma de violencia, sea esta física, económica, racial, religiosa, sexual, cultural o de cualquier otra índole.

La paz resultará del avance de la no-violencia en todos los campos, pero de partida debemos desactivar los factores que pueden derivar en la destrucción de la humanidad. Por esto es primordial, urgente, imprescindible el desarme nuclear mundial.

Todos debemos sumarnos a la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, la causa más digna de este tiempo.

Eduardo Montes

Señores de la guerra

Los señores de la guerra campestre tienen una historia que arranca desde Roca y la repartija de tierras. Y en este país nunca se ha podido cuestionar ese derecho nacido de un acto delictivo. Toda tentativa de mellar el poder de la casta de los tenedores de la tierra siempre ha tenido la misma respuesta, golpe de estado.

Los señores de la Federación han traicionado su historia por unos pesos más o menos en sus rentas y ahora son sicarios de sus futuros depredadores. Me recuerdan un sketch de Gila, no muy gracioso pero ilustrativo: "Hola, ¿hablo con el partido comunista? Me he ganao la lotería y me quiero desafiliar".

Eduardo Montes

Malos entendidos

El capitalismo no da trabajo, lo quita y, pagando un minus obtiene un plus, desde antaño conocido como plus valía. Se podría argumentar mucho en este terreno de no ser porque llegado a este punto la canalla se atolondra, grita y desespera, cosa que provoca que la sangre no le llegue al cortex frontal y, como consecuencia, se impida toda posibilidad de comunicación racional.

Cuando se menciona el concepto plus valía el pensamiento se ofusca y sólo atina a balbucear: "¡la plata es mía, mía!". Todo esto se debe a la escasa retención mnémica de los tópicos aprendidos en los institutos de enseñanza. De no ser por esto se advertiría que es un concepto básico de la economía clásica y una piedra fundamental a la hora de adquirir fortuna en forma de capital (trabajo acumulado) con el objetivo larvado o manifiesto de disponer de los demás a piacere.

También es cierto que la ingrata tarea de apropiarse de la mayor porción posible del todo social no deja tiempo para menesteres teóricos y, mucho menos, para discusiones bizantinas.

Por tanto, cada uno a lo suyo, unos a ser ricos, otros pobres y algunos trasnochados, a discutir en el hipódromo de Bizancio, lugar más que apto para actividades sin fines de lucro.

Eduardo Montes

En algún momento hay que empezar

viernes, 5 de junio de 2009

El momento es aquí y ahora, corre el año 2009 y vivo en Argentina. Fijadas las coordenadas de tiempo y espacio ahora es necesario decidir qué hacer con ellas. Un blog no es la mejor manera de utilizar tiempo y espacio, pero es una de ellas.

Caigo en medio de una refriega mediocre. En este trozo de espacio llamado Argentina se dirime en este tiempo una disputa aparentemente pueril; asume la forma de una elección de candidatos a distintos niveles legislativos.

Me siento extraño, tal vez el paso de los años ha dejado alguna distorsión en mi ánimo y cosas que antes no parecían posibles hoy lo son: creo que es la primera vez que tomo el bando oficialista en algo. Es que la desigual disputa entre los poderes ancestrales y el actual gobierno me ha hecho tomar partido por el más débil.

Seguramente buena parte de mis compatriotas seguirán píamente los mandamientos de los objetivísimos medios de comunicación masiva. Dentro de un tiempo, cuando los destrozos que se produzcan a consecuencia de estos hechos lleguen a sus vidas, se preguntarán quién es el culpable de tantos males. Y ciertamente encontrarán a quien culpar y la rueda de la mala fortuna seguirá girando.

A esta altura me pregunto si no estoy enfocando las cosas desde una perspectiva negativa, pesimista, sin esperanza de cambio. Es posible, en todo caso toda sorpresa agradable es bienvenida. Nada deseo más que equivocarme en este punto.

Eduardo Montes